(Todas las negritas o cursivas son del original, a menos que se declare lo contrario)
La crítica de Carlos Guzmán Böckler a los estudios de Guatemala que ignoran el papel de los k’iche’ y grupos similares en la historia del país es también acertada. Cuando se aborda con seriedad la cultura k’iche’, resulta claro que era compleja, con muchas tendencias (incluyendo la secularización) similares a las de la cultura española de los colonizadores. Ello implica que las raíces de la cultura guatemalteca se hunden no solo en las fuentes europeas, sino también en complejas culturas nativas, tales como la k’iche’. Este tópico ha sido casi completamente descuidado en la historia cultural de Guatemala, pero es digno de nuestra seria consideración. Los siguientes comentarios al respecto deben ser considerados preliminares, y en parte se proponen estimular las investigaciones acerca de este tópico.
En forma indirecta, los k’iche’ de Utatlán fueron responsables del nombre del país. Se ha señalado que Guatemala proviene de la palabra nāhuatl Cuauhtemallan, nombre que los mexicanos aplicaban a los kaqchikel. La etimología de Cuauhtemallan ha sido una fuente de confusión para los eruditos, pero parece probable que sea el nombre náhuatl del poblado kaqchikel Iximche’, árbol de maíz o árbol de savia blanca. Según esta interpretación cuauh (de cuauhitl) podría traducirse como madera o árbol y temallan (de temalli) como suero o pus; es decir, savia blanca. En forma semejante, los mexicanos llamaron Utatlan, lugar de cañas, al poblado k’iche’ de Q’umaraq aj (cañas viejas/podridas) (Carmack 2001), (cf. Tedlock D., 1996:320).
Utatlán, como centro cultural del altiplano guatemalteco sujeto al gobierno español, bien pudo haber dado su nombre al país, si no hubiese sido porque los k’iche’ se opusieron a los españoles en sus propósitos de conquista. En contraste, sus peores enemigos, los kaqchikel, invitaron a los invasores al altiplano, creyendo que los poderosos extranjeros blancos los iban a liberar de sus rivales utatlecos. Por esta colaboración, los españoles establecieron su primer poblado en Iximche’, llamándolo por su nombre nāhuatl, Tekpan Cuauhtemallan. Los kaqchikel se sublevaron después contra el gobierno español, abandonaron el poblado de Iximche’ y opusieron resistencia a los españoles, de una manera similar a los k’iche’. Sin embargo, para ese entonces, ya se había establecido el nombre de su propio poblado para todo el país, y ha llegado hasta nosotros en la actual forma hispanizada, “Guatemala”.
La herencia k’iche’ de Guatemala incluye muchos símbolos de primordial importancia nacional. Por ejemplo, el Popol Wuj, escrito por los señores de Utatlán, es posiblemente el libro más leído y admirado de Guatemala. Tiene fama internacional, como lo muestran sus traducciones a numerosos idiomas. Ha inspirado una multitud de comentarios, obras literarias, poemas, textos y otros escritos. […] El poblado k’iche’ de Chichicastenango se ha convertido en el lugar turístico favorito de Guatemala, más atractivo para los visitantes extranjeros que la espectacular Tikal. Los turistas guatemaltecos y extranjeros van allí a presenciar viejos ritos k’iche’ que los nativos aún continúan practicando en forma relativamente pura. Como se bosqueja en Carmack (2001), el Chichicastenango tradicional preserva ciertos vestigios importantes de la antigua ciudad de Utatlán.
Chichicastenango Market: A 500-Year-Old Mayan Experience in Guatemala
Ningún símbolo muestra con mayor fuerza que Tekum Umam el héroe nacional oficialmente proclamado, la influencia de los k’iche’ en la cultura guatemalteca. Para los nativos del país, es el símbolo de su raza (cursivas del original) y su poder pasado. Muchas comunidades creen que en algún cerro o montaña cercana a su poblado está enterrado Tekum Umam. Para los guatemaltecos nacionalistas, Tekum es el símbolo de su independencia del gobierno español. Él peleó por su país (cursivas del original) en contra de los invasores, y este acto de valentía y de orgullo cultural es genuinamente admirado. Algunos guatemaltecos aún sostienen que Tekum es un mito, pero, como se indica (Carmack 2001), Tekum existió (énfasis del original). Fue un gran líder militar, dirigió la lucha de los k’iche’ contra los invasores de su territorio y murió valientemente en combate. El espíritu de Tekum literalmente pertenece a Guatemala, y es posible que su importancia alcance un mayor significado popular en los años venideros.
Paradójicamente, el carácter neocolonial (cursivas del original) de la Guatemala actual, resumido brevemente, puede tener sus raíces en la situación original del aborigen k’iche’. Generalmente, se piensa que dicho subdesarrollo proviene enteramente de fuentes españolas, o recientemente, norteamericanas. Sin embargo, como lo han señalado diversos antropólogos, el tipo de colonialismo conocido en Guatemala solamente era posible donde existieran culturas nativas evolutivamente complejas, tales como la k’iche’. Por esta razón, países como México, Guatemala, Ecuador, Perú y Bolivia, comparten amplias semejanzas político-culturales. Han tenido que sintetizar la cultura nacional a partir de condiciones coloniales de intensa explotación y de civilizaciones nativas que no han muerto del todo. La evidencia de que las culturas nativas han tenido esta clase de impacto, surge del contraste entre los países anteriores y países más desarrollados en los que los pueblos nativos no alcanzaron un nivel de desarrollo tan alto—tales como Argentina, Costa Rica, Brasil, o los Estados Unidos. Las poblaciones nativas de estas áreas no pudieron ser subyugadas como fuerza de trabajo y fueron exterminadas ampliamente. Por esta razón, las culturas de estos países son fundamentalmente de carácter europeo.
Obviamente los k’iche’ y otros pueblos similares, no fueron los responsables del severo colonialismo que instituyeron los españoles, pero su complejo desarrollo lo hizo posible. Los españoles encontraron un campesinado vasto y organizado del que podían extraer fuerza de trabajo y tributos, y una aristocracia nativa que podía asumir las funciones de mayordomía. El legado del colonialismo español persiste en países como Guatemala y facilita la sujeción y marginación económica continua de los nativos.
Si los k’iche’ contribuyeron a hacer posible el colonialismo en Guatemala, fue en forma totalmente indirecta; también han sido punta de lanza en varios movimientos tendentes a aliviar su condición de explotación. Participaron en numerosos movimientos en los periodos colonial y pre-republicano, siendo el más conocido de todos, el que dirigió Atanasio Tzul en Totonicapán (Contreras, 1951; Popol Mayab’ y Maya Asociados, 2020). La historia colonial del Quiché brinda otros ejemplos (Carmack, 2001). El nativismo ha continuado moderadamente en forma de revueltas campesinas, gobiernos municipales orgullosamente indios (cursivas del original), grupos católicos que adoptan símbolos nativos, y más recientemente (1970s) en asociaciones políticas del todo nativas en su composición y metas. Hasta ahora, esos movimientos no han podido aliviar sustancialmente la condición de los nativos, pero no debería sorprendernos si, algún día, de los vestigios de la cultura k’iche’ naciese un importante sector del poder nacional.
Las grandes civilizaciones del mundo antiguo han tenido una influencia notablemente fuerte en la modelación del mundo moderno, y según parece, la cultura k’iche’ está destinada a influir así.
Bibliografía:
Carmack, Robert, M.
2001 Kik’ulmatajem le K’iche’aab’: Evolución del Reino K’iche’, págs. 516-19. Guatemala: Fondo de Desarrollo Indígena Guatemalteco.
Contreras, J. Daniel
1951 Una rebelión indígena en el partido de Totonicapán en 1820: El indio y la independencia. Guatemala City: Imprenta Universitaria.
Guzmán Böckler; Carlos y Herbert, J.L.
1970 Guatemala: una interpretación histórico-social. Siglo Veintiuna, México.
Popol Mayab’; Maya Asociados
2020 Atanasio Tz’u’l: Ri ulajk’alil: su bicentenario. Autopublicado, Guatemala.
Sam Colop; Enrique
2006 Tekum Uman Reseña del libro Ri Uk’oj Tekum en once columnas periodísticas, marzo-abril 2006. Prensa Libre, Ciudad de Guatemala.
Tedlock, Dennis
1996 Popol Vuh: The Mayan Book of the Dawn of Life and The Glories of Gods and Kings. Edición revisada y expandida. A Touchstone Book. New York: Simon and Schuster, Inc.
