Al momento de la invasión española, la religión de los pueblos mayas se camufló muy bien con los santos cristianos por la correlación entre los calendarios indígenas y el juliano: las fechas en que los indígenas debían presentar sus ofrendas a sus dioses, coincidían (con margen de unos días más o días menos) con el santoral cristiano. Entonces la celebración del santo, era una celebración oculta de la religión original. Todo esto, discutiblemente en el siglo XVI.
Con el paso del tiempo, la religión original fue olvidándose y quedándose en la memoria el santoral cristiano. Muestra de eso, es que en k’iche’ se le llamaba Xan Pernandin (San Bernardino) al Sol, Xan Lorens (San Lorenzo) al aire y Xan Krawyel (San Gabriel) a la tempestad (según las glosas del diccionario k’iche’ de PLFM); así como también muchos dueños de cerro estaban asociados a santos cristianos, hasta hace algunas décadas.
Hace algunas décadas, con la asimilación social forzada gracias a los gobiernos del 1871-1944 y continuada por los del 1944-1954, más la penetración de iglesias protestantes de corte fundamentalista, la “acción católica” (movimiento de laicos), unido al trabajo de las oenegés y a las escuelas modernas y junto con la indiferencia de los mismos paisanos; la veneración al santoral ha ido perdiéndose, por consiguiente, lo que quedaba de la religión original, está por desaparecer inexorablemente.
Originalmente publicado en Facebook, en marzo 2020.
Lectura recomendada, la cual es una síntesis de esta publicación:
