Ensayo sobre “La Patria del Criollo”

Portada LPdC, edición Adaptada para jóvenes por Editorial Piedrasanta

“La Patria del Criollo: ensayo de interpretación de la realidad colonial guatemalteca”. SEVERO MARTINEZ PELAEZ. Guatemala, CA: Editorial Universitaria, 1970. 776 pp., bibliografía, notas, índice. n.p. (tela).

Por Robert M. Carmack (SUNY, Albany: 1972), las cursivas y negritas son de PM.

Este extraordinario libro fue escrito por Severo Martínez Peláez uno de los más hábiles estudiosos de Guatemala. Era profesor de Historia Económica de la Facultad de Economía de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Su formación en historia, economía y sociología fue en la Universidad Autónoma de México.

El profesor Martínez es un conocido marxista, y obviamente simpatiza con las ideas de cambio revolucionario en América Latina. Sin embargo, este libro no es en ningún sentido un ejercicio de retórica política. Es un análisis extremadamente sobrio, meticuloso y científico de la estructura socioeconómica colonial de Guatemala y su perpetuación en los tiempos modernos. Es obvio que se han invertido muchos años en la preparación de este ensayo, y que se convirtió en una contribución a los estudios de ciencias sociales latinoamericanos. El libro aborda un número sorprendentemente grande de temas de interés directo para los antropólogos, para quienes es tan relevante como para historiadores, economistas o sociólogos.

Aunque el libro es largo y hay que consultar abundantes notas a pie de página, está escrito con un estilo claro e interesante. El autor utiliza el método socrático de hacer preguntas y luego responderlas. Otras dos técnicas que el lector apreciará son su voluntad de ilustrar las generalizaciones con materiales de casos ilustrativos y su intento constante de relacionar formas pasadas con situaciones actuales. Además, integra el contenido del libro tejiendo su tesis en torno a la visión de la sociedad colonial que proporcionan los escritos de un criollo estereotipado, Francisco de Fuentes y Guzmán.

De los muchos temas tratados por Martínez, mencionaré sólo los principales en el orden en que aparecen en el libro (estos temas no corresponden completamente a su organización de capítulos). Comienza con un análisis de la conquista como proceso, reuniendo pruebas para apoyar su argumento de que la superioridad tecnológica española fue decisiva y que la explotación económica era su objetivo. A continuación, ofrece una caracterización socioeconómica de la clase de la clase criolla, y resume la naturaleza de su conflicto con los burócratas españoles. A continuación, describe al indio como clase servil y lo sitúa en un triángulo de relaciones con los criollos y los españoles. A continuación, se presenta una larga discusión sobre los mestizos, que se clasifican meticulosamente en «capas» urbanas y rurales. Toda la sección sobre los mestizos cobra vida con un análisis de sus respectivos papeles en los movimientos de Independencia y posterior Reforma de Guatemala. A continuación, Martínez vuelve al indio para analizar más detenidamente la naturaleza de su relación «feudal» con los criollos, y la estructura interna de sus comunidades. La sección final consiste en un intento de demostrar la perpetuación de la estructura colonial en la sociedad guatemalteca moderna. En esta sección final, aunque se presta amplia atención a las clases criolla y mestiza, la discusión más esclarecedora es sobre el indio. Para Martínez, la perpetuación del indio en la Guatemala actual es el signo más seguro de la continuación del colonialismo.

Me doy cuenta de que este resumen es extremadamente amplio, pero la sustancia del libro es simplemente demasiado rica para describirla brevemente. Tampoco puedo hacer justicia a su tratamiento de muchas cuestiones teóricas de gran importancia en las ciencias sociales. A lo largo del ensayo se encuentran afirmaciones teóricas sobre cuestiones como la causalidad de la estructura social y las ideas, el papel de la historia en la explicación, la validez o invalidez del relativismo cultural, la interpretación de las fuentes históricas, los contrastes estructurales entre los procesos de colonialismo, feudalismo, imperialismo y nacionalización. Al tratar estos temas, Martínez no parte de los supuestos e ideas que suelen tener los antropólogos, por lo que nos ofrece un enfoque fresco y estimulante de algunos problemas conocidos.

Este libro me entusiasma. Creo que es el mejor análisis sociológico de Guatemala que ha aparecido en los últimos años (con razón, ha sido galardonado recientemente con el Quetzal de Oro, el mayor premio literario de Guatemala, por esta obra). De los libros recientes sobre la estructura social y la historia de Guatemala (Herbert y Guzmán 1970; Adams 1970; Amaro 1970; Maestre 1969), creo que La Patria del Criollo ofrece, con mucho, la interpretación más significativa de la sociedad guatemalteca. Es el primer libro que aclara la estructura de clases de la sociedad colonial; es nuestra mejor interpretación materialista de la historia social guatemalteca contiene brillantes explicaciones de muchos rasgos culturales de la sociedad guatemalteca (especialmente en relación con las clases criollas e indias); y ofrece la sugerencia más provocativa hasta la fecha sobre lo que se necesita para que el desarrollo social se produzca en Guatemala.

No quiero decir que el libro no tenga puntos débiles. Un estudio tan ambicioso como el elegido por Martínez le deja necesariamente expuesto a correcciones sobre el enorme corpus de hechos que debe organizar, y a críticas por sus interpretaciones de muchos temas controvertidos. Su susceptibilidad a estas formas de desacuerdo se ve agravada por su modo de análisis monista y marxista. Los márgenes de mi copia del libro están llenos de notas que expresan mi desacuerdo en muchos puntos de hecho e interpretación. Pero esa es también una de las principales virtudes del libro, el estímulo que supone para el diálogo y la investigación posterior sobre la sociedad y la cultura guatemaltecas.

Sin embargo, hay tres cuestiones dominantes en el libro sobre las que debo registrar serias dudas sobre la interpretación de Martínez. La primera tiene que ver con su interpretación de las condiciones socioculturales de los indígenas. Dado que nunca trabajó directamente con los indios, nunca entendió hasta qué punto han resistido a la colonialización mediante la perpetuación de sus costumbres nativas. Esto es especialmente evidente en la incapacidad de Martínez para entender la naturaleza de la tenencia de la tierra en las comunidades indígenas, pero también es evidente en su interpretación errónea de su vestimenta, música y creencias. En segundo lugar, está plagado de la conocida incapacidad marxista para tratar adecuadamente el tipo social que llamamos campesino. Esta debilidad está relacionada con su incapacidad para entender al indio, pero es especialmente evidente en su uso cambiante de los términos «proletariado» y «semiproletariado» para describirlos. En tercer lugar, hay un fuerte sesgo subjetivo en su evaluación de la cultura india (el antropólogo se sentirá ofendido por su uso de etiquetas como «superstición», «ignorancia», «infantilismo», etc.). Probablemente se trata de un sesgo político-céntrico o teórico más que etnocéntrico, pero no obstante desmerece lo que, por lo demás, es un trabajo sensible y científico.

En conclusión, que el libro del profesor Martínez se convertirá en un estudio clásico sobre el colonialismo latinoamericano, y supondrá un reto para los estudiosos en cuanto a análisis interpretativo.

Referencias citadas:
Adams, Richard N.
1970 Crucifixion by Power. Austin and London: University of Texas Press.

Amaro, Nelson, Editor
1970 El reto del desarrollo en Guatemala: un enfoque multidisciplinario. Guatemala: Editorial Financiera Guatemalteca.

Herbert, Jean-Loup, and Carlos Guzman Böckler
1970 Guatemala: una interpretación histórico-social. México: Siglo Veintiuno Editores, S.A.

Maestre Alfonso, Juan
1969 Guatemala: subdesarrollo y violencia. Madrid: I.E.P.A.L.