Paralelismo gramatical en el lenguaje ritual k’iche’

Por Willy M. Norman [1]

NB: Esta es una publicación más extendida y más detallada de «Poesía en el Popol Wuj».

 

            La poesía difiere de la prosa en que está construida sobre unidades formales regularmente periódicas, mientras que la prosa normalmente carece de esta cualidad. En el nivel fonológico, estas unidades recurrentes se pueden manifestar como rima, aliteraciones, patrones fijos de tono o cantidad de sílabas, etc. En el nivel gramatical, las estructuras recurrentes características de la poesía se presentan como paralelas en forma o significado entre diferentes construcciones gramaticales.

         En China y Japón, el paralelismo gramatical se ha usado extensamente como técnica principal de versificación, y el análisis y clasificación de los tipos de paralelismo gramatical han dado origen a un número considerable de investigaciones locales sobre el tema. En el Occidente, el estudio del paralelismo gramatical, fue iniciado por el obispo Robert Lowth, quien en 1753 puntualizó que el paralelismo en el nivel gramatical era la particularidad estilística dominante de la poesía hebrea. Lowth lo definió así: “la correspondencia de un verso o línea con otro es lo que yo llamo paralelismo. Cuando una proposición es expresada y una segunda es adjuntada, subordinada, equivalente o contrastada a ella en sentido, o similar en la forma de la construcción gramatical, a esto llamo líneas paralelas: a las palabras o frases correspondientes unas a otras en líneas paralelas, las llamo términos paralelos” (Gevirtz 1963:6).

         En este siglo, la unión de la lingüística y la poética, forjada por la Escuela de Praga, ha dado origen a estudios sobre el paralelismo gramatical en diferentes tradiciones poéticas; entre éstos es destacable el estudio programático de la gramática de la poesía por Roman Jakobson.

         Como observa Jakobson (1966:399), el estudio del paralelismo gramatical promete arrojar luz sobre cuestiones importantes en el análisis lingüístico: dichos tipos tradicionales de paralelismo canónico nos permiten penetrar en las diversas formas de relaciones entre los distintos aspectos del lenguaje y responder a la pregunta ¿qué categorías gramaticales o fonológicas similares pueden funcionar como equivalentes dentro de un patrón dado? Podemos inferir que dichas categorías comparten un común denominador en el código lingüístico de la respectiva comunidad parlante.

            En las comunidades mayas de México y Guatemala, las más difundidas formas de versificación, basadas en paralelismo gramatical, se pueden encontrar en discursos ceremoniales, historias orales, canciones, oraciones, rituales curativos, conjuros mágicos y bailes dramatizados (para un estudio de los géneros discursivos tzotzil, véase Gossen, 1974; para un examen detallado de versos paralelos en ixil, ver Townsend, 1979).

El caso k’iche’

            En las comunidades de habla k’iche’ de Santa Catarina Ixtahuacán y Nahualá, se utiliza una forma especial de discurso caracterizada por el uso extensivo de versos gramaticalmente paralelos, en los rituales de solicitud de una novia, en los de iniciación de miembros de cofradías religiosas y en los de instalación de oficiales del gobierno municipal.[2]

A continuación, se presenta un extracto de dichos rituales: este corresponde a una ceremonia matrimonial conocida como chupbal q’aaq, “extinguiendo el fuego”.[3]

          Discursos ceremoniales como este son recitados por “guías” conocidos como k’amol beh (literalmente conductores del camino), ajbeh o ajtz’onolob, hombres que han ocupado puestos en el sistema tradicional de cargos y fijado en su memoria las oraciones siendo aprendices, durante muchos años, de un maestro k’amol beh.

         El lenguaje retórico ceremonial difiere del lenguaje diario en varios aspectos. El discurso ceremonial tiene una cualidad ”hipotética” que surge del uso de partículas como loo, “quizás, probablemente” y karaj ne’, “tal vez”, para calificar prácticamente cualquier aserción. El lenguaje ritual conserva características arcaicas del k’iche’, que de otra manera se hubiesen perdido: el uso de la partícula mi para marcar el pasado reciente (atestiguado en documentos k’iche’ del siglo XVI y XVII) y la incorporación del adverbio loq’, “reverentemente”, dentro de la palabra verbal (cf. xinloq’ k’u tewechi’j, línea 19 arriba).

            Pero la característica más notable del discurso ceremonial k’iche’ es su estructura pareada: las líneas se presentan en pares, tercetos y cuartetos; así, una palabra de la segunda línea contrasta con la correspondiente palabra de la primera línea. Entre todas las características, este paralelismo gramatical bastante difundido, es el que pone de relieve las diferencias entre el lenguaje ritual y el discurso ordinario.

         El objetivo de lo que sigue es describir la gramática del paralelismo en el lenguaje ritual k’iche’. El problema será abordado, considerando dos cuestiones:

  1. ¿Cuáles son las condiciones necesarias para la formación de construcciones paralelas en k’iche’ y qué configuraciones pueden presentarse en estos términos?
  2. ¿Qué debe agregar un k’amol beh a su conocimiento del k’iche’ ordinario para producir un discurso ritual?

Casos comparativos

Para contestar la primera pregunta, será útil considerar algunos de los parámetros a través de los cuales sistemas paralelos de versificación parecidos, varían de una cultura a otra.

         La poesía china ofrece un ejemplo particularmente instructivo del paralelismo en versificación, ya que sus reglas son muy estrictas y han sido perfectamente codificadas (Chen 1979; Kao y Mei 1971; Lin 1962; Tsou 1968). En la poesía regulada, los poemas podían estar formados de líneas de cinco o siete sílabas, y las correspondientes sílabas en los versos adyacentes tenían que contrarrestar en tono. En un poema de ocho líneas, las primeras cuatro debían formar dos pares antitéticos (Lin 1962:147-148). Las líneas de dicho par, tenían que poseer la misma estructura sintáctica, con palabras de la misma clase lexical ocupando posiciones correspondientes en los versos pareados. El segundo verso de un par, no podía repetir ninguna palabra de la primera línea. Semánticamente, las palabras que ocupaban la misma posición en los versos de un par, debían construir un par antitético, o sea, que debían pertenecer a un mismo grupo semántico, sin ser sinónimos; por ejemplo: montaña y río, viento y lluvia, mañana y tarde. Los siguientes pares ilustran las condiciones gramaticales y semánticas requeridas en la poesía regulada: (Lin 1962:148)

         En la poesía regulada, la elección de formas lexicales para llenar espacios correspondientes en los versos gramaticales paralelos no estaba determinada por la tradición, sino que era una muestra de la destreza individual del poeta.

Una forma muy diferente de paralelismo se puede encontrar en la poseía hebrea del Antiguo Testamento y en la poesía azteca precolombina. A pesar de que las reglas de versificación azteca y hebrea eran más bien difusas y concedían una libertad mayor que la poesía regulada, está claro que tanto los poetas hebreos como los aztecas se basaban en un repertorio de formas lexicales convencionalmente pareadas. En el caso hebreo, las palabras “cabeza” y “mollera” formaban un grupo pareado que se repite varias veces en el Antiguo Testamento (Gevirtz 1963:7-10), como, por ejemplo:

         El hecho de que cabeza y mollera constituyan un grupo pareado en la poesía ugarítica, muestra que un corpus de formas semánticas pareadas formaba parte de la dicción poética compartida por poetas de la antigua Siria y Palestina.

         A diferencia de la poesía regulada, la poesía hebrea no necesitaba que se produjeran formas lexicales pareadas en el mismo medio sintáctico. Semánticamente, los miembros de un par lexical fijo podían ser sinónimos; por ejemplo, gente-nación, montaña-colina. O podían ser antitéticos; por ejemplo, lluvia-rocío, lágrimas-luto. El uso de pares lexicales fijos para vincular versos sucesivos era uno de los distintos mecanismos utilizados por la versificación hebrea; otros dispositivos incluían paralelismos semánticos o sintácticos entre líneas adyacentes (Yoder, 1972).

         La versificación azteca empleaba formas convencionalmente pareadas, tales como xochitl, cuicatl, “flor”, “canción”; quahtli, ocelotl, “águila”, “jaguar”; chalchihutl, teocuicatl, “jade”, “metal precioso”.

         Los siguientes pares de versos de Nezahualcóyotl (León Portilla 1972:66-71) muestran la manera en que eran empleados tales pares semánticos:

            En la poesía azteca, parece que dichas formas lexicales normalmente admiten la misma relación gramatical dentro de sus cláusulas respectivas, a pesar de que las cláusulas pareadas no necesitan ser sintácticamente idénticas en otros aspectos (ver ej. arriba). En cierto aspecto la poética azteca y hebrea representan la antítesis de la poesía regulada: la tradición poética china dicta un estricto paralelismo sintáctico entre los versos de un par, siendo relativamente libre la elección de las formas gramaticales; mientras que las versificaciones hebrea y azteca prescriben el pareamiento de formas lexicales, pero sin imponer dicha condición sobre el paralelismo sintáctico. Así, los sistemas paralelos de versificación varían, siendo la base del paralelismo primariamente sintáctica, como en la poesía regulada, o lexical como en la poesía azteca o hebrea.

         Además de la dimensión sintáctica lexical, hay un segundo parámetro por el cual pueden variar los sistemas paralelos: las configuraciones admisibles de los grupos de términos relacionados entre sí. En la poesía regulada, siempre intervienen otros términos paralelos entre el primero y el segundo término de cualquier par yuxtapuesto, como consecuencia de la prohibición de repetir una palabra del primer verso de la segunda línea del par. Si llamamos A al primer miembro de un par de términos paralelos y A’ al segundo miembro, la configuración canónica de los términos paralelos de la poesía regulada sería esquemáticamente, ABCD/ /A’B’C’D’.

         En la poesía azteca A y A’ pueden ser separadas por un elemento B de otro par, (como en el ejemplo 4 arriba), donde xamani pareada con tlamani, media entre chalchihuitl y teocuicatl. La poesía azteca permite la configuración A B/ / A’B’ y AB/ / AB’, como en el ejemplo 6.

         Las posibles configuraciones en hebreo son bastante numerosas como para mencionarlas.

Paralelismo k’iche’

            Esta digresión ha tenido el propósito de permitirnos enmarcar el paralelismo k’iche’ en una correcta perspectiva tipológica. Conscientes de ciertas formas por las que los sistemas paralelos pueden diferir, trataremos de comprobar la importancia relativa de esos paralelismos sintácticos versus los paralelismos lexicales en el lenguaje ritual k’iche’ y determinar las posibles configuraciones de términos paralelos. Un examen superficial del discurso ceremonial k’iche’ es suficiente para revelar sus más sobresalientes características: primera, los mismos pares de versos se repiten cierto número de veces a lo largo del mismo texto; por ejemplo, beh, jook, “paso”, “camino”; k’am, yak, “traer”, “levantar”; tz’aaq k’axtuun, “muro”, “fuerte”; biineem, chakaneem, “caminando”, “gateando”. En muchos casos, el orden relativo de los términos pareados es invariable. Por ejemplo, en las líneas 23 y 24 de arriba, swaan, “barranco”, está pareado con tinamit, “pueblo”. Cuando estos términos están pareados, el orden es siempre swaan tinamit y nunca a la inversa. Tampoco se encuentra k’axtuun tz’aaq para tz’aaq k’axtuun ni chakaneem biineem para biineem chakaneem. Además, la mayoría de los pares lexicales tiene un significado metafórico o idiomático; algunos de ellos están ilustrados en la tabla I:

Tabla I. Interpretaciones metafóricas de pares lexicales [4]

Términos pareados literal Metafórico
juyub taq’aaj montaña, llano país, cuerpo
aqan q’ab pie, mano Persona
biineem, chakaneem caminando, gateando actividades diarias
tz’aaq k’axtuun muro, fuerte Hogar
beh, jook camino, vereda Destino
eeqa’n pataal carga, peso familia del novio
ooch’ pakaay espiga de maíz, pacaya muchacho y muchacha solteros
loq’oneel mayijaneel apreciador, adorador familia política
k’am yak traer, levantar alquilar un k’amol beh

            Hay algunas palabras que solo se presentan como parte de un par lexical, así k’axtuun solamente está presente en el par tz’aaq k’axtuun; pataal solo concurre en combinación con eeqa’n; y mayijaneel debe ser pareada indistintamente con loq’onel o ch’uteneel, “consolador”. Estas características evidencian que la versificación k’iche’ se asemeja a la azteca y a la hebrea, en el uso de términos convencionalmente pareados.

         Las formas lexicales pareadas están sujetas, además a la restricción de que ambos términos del par deben pertenecer a la misma categoría lexical: los sustantivos deben ser pareados con sustantivos, los adjetivos con adjetivos y así sucesivamente. En el caso de los verbos, los verbos transitivos deben ser pareados con verbos transitivos y los intransitivos con otros intransitivos. No todas las clases de palabras se pueden encontrar en pares lexicales. Las clases de palabras que pueden participar en pares lexicales son sustantivos, adjetivos, verbos (transitivos e intransitivos), adverbios, numerales, sustantivos relacionales y posicionales.[5] Las clases de palabras que no pueden participar en pares lexicales son preposiciones, direccionales, oraciones conectivas, pronombres, deícticos, partículas epistémicas y otras clases de palabras menores.

         La división entre aquellas categorías lexicales que pueden o no participar en grupos pareados corresponden a una distinción entre palabras de contenido y palabras de función; solo las palabras de contenido de una misma clase pueden ser términos de un par lexical.

         Como en el caso de las versificaciones china, hebrea y azteca, los términos paralelos en k’iche’ deben pertenecer a una misma categoría semántica. En la poesía regulada, la antítesis es el modo preferido de relación semántica en los términos paralelos, mientras que el repertorio de pares del hebreo parece consistir extensamente de casi sinónimos.

         Los pares lexicales k’iche’ exhiben una gran variedad de relaciones semánticas, de las que solo presentaremos una muestra (cf. Townsend, 1979; para un tratamiento más exhaustivo de las relaciones semánticas en versos pareados en lengua ixil).

         En muchos casos, los términos paralelos de un par semántico son opuestos; por ejemplo, q’iij aq’ab, “día, noche”; juyub taq’aaj, “montaña, llano”; aqan q’ab, “pie, mano”. En otros casos, los miembros de un par difieren con respecto a un único componente semántico sin ser antónimos; ejemplo: nuumik, chaqijchi’ “hambre, sed”; choh poloh, “lago, mar”. También son frecuentes los sinónimos o casi sinónimos, tales como beh jook, “camino, vereda”; chajineel k’akalineel, “guardia, centinela”; otros términos están semánticamente relacionados con debido a su contigüidad, como q’aaq xk’uub, “fuego, trébedes” (piedras del fogón donde se apoyan las ollas); swaan tinamit, “barranco, pueblo” (antiguamente tinamit se refería a pueblos fortificados rodeados de barrancos). En el caso de numerales, si el primer término es X, el segundo es X + 1; por ejemplo, jumejaaj kaamejaaj, “un acto de genuflexión, dos actos de genuflexión”, elementos que también se encuentran en la poesía hebrea (Gevirtz 1963:18ff).

         Finalmente, hay una clase de seudoparalelismo empleado para nombrar entidades que pertenecen a grupos semánticos, con una gran variedad de componentes tales como árboles, plantas, animales o herramientas. En este caso, el par se forma repitiendo el sustantivo y anteponiendo los adjetivos q’ana, “dorado” al primer ocurrente, y saqa (saqi), “plateado”, al segundo; como en el siguiente ejemplo

         Otra característica notable del discurso ceremonial k’iche’ es que las formas lexicales pareadas deben aparecer en el mismo medio sintáctico. Ambos miembros del par deben mantener la misma relación sintáctica en sus respectivas cláusulas y debe haber una correspondencia de palabra entre las otras formas lexicales que ocupan las mismas posiciones sintácticas en las dos cláusulas. Por ejemplo, en el par

las formas pareadas biis y oq’ej son los dos objetos directos y los otros espacios sintácticos comunes a las dos clausulas están ocupados por formas lexicales idénticas. El mismo modelo puede notarse en el texto de la página 4, em las líneas 13-18 y 21-26. No todo el material lexical que se presenta en asociación con un término debe ser repetido en el otro, hecho que se puede confirmar comparando las líneas 25-26 con las 27-28. Los pares cuyas líneas difieren en su composición semántica en más de un punto, se pueden considerar como mal formados.

         En la discusión precedente se observó que hay sistemas paralelos de versificación que pueden diferir en la permisibilidad de las configuraciones de los términos paralelos. En k’iche’ hay solamente un modelo posible A/ /A’, B/ /B’, C/ /C’, como en las líneas 13-18 (xineek’aama…//xineeyaaka…, …nutz’aaq/ / … nuk’axtuun… nubineem/ /… nuchakaneem). Para expresarlo de otra manera, entre el primer y segundo miembros del par A, A’, no debe aparecer ningún término que pertenezca a otro par semántico. Así, configuraciones tales como AB/ /A’B’ o AB B’/ /A no son posibles en la versificación k’iche’.

         Un hecho subrayable es que en el discurso ritual k’iche’, el paralelismo gramatical no se limita al nivel de la palabra, sino que se aplica a la estructura morfológica interna de los términos pareados y a las construcciones sintácticas en que se presentan. O sea, que, si A y A’ son términos pareados y hay un par morfológicamente complejo, A+X A’+Y, que contiene A y A’, X e Y deben ser idénticos[6]. Como ejemplo, podemos tomar el par k’am yak, “traer”, “levantar”, presente en las líneas 13-14, en la forma morfológicamente compleja xineek’aama… / / xineeyaka.

         La estructura morfológica de xineek’ama es x-in-ee-k’-aHm-a de aspecto completivo[7]-1sg/absolutivo-IR-TRAER/pasivo-imperativo (el pasivo de los verbos transitivos se forma por infijación de un morfofonema H, que es realizado en la superficie como longitud vocálica; ee es la forma incorporante del verbo bee, “ir”).  X-in-e-yaHk-a tiene la misma estructura interna. Ya que en este caso la identidad se aplica solamente a afijos inflexionales, este ejemplo puede resultar poco destacable. Como ya hemos afirmado, los términos paralelos ocurren en la misma posición sintáctica, y si la morfología inflexional es generada en base a reglas que afectan a una palabra con características que se presentan en su medio sintáctico, quizás se podría predecir tal hecho, teniendo en cuenta los datos ya conocidos. Pero la identidad de la estructura interna se aplica tanto a la morfología derivacional como a la morfología inflexional. Por ejemplo, los sustantivos beh jook “camino”, “vereda” (cf. líneas 21-22) forman la base de los sustantivos derivados be’-aal, jok-aal y de los verbos transitivos be’-an, jok-an; el par de sustantivos chii’ wach, “lado”, “frente/cara”, forman los verbos derivados chi’-n wach-in y los sustantivos chi’bal wach-ibal.

         En los ejemplos que presentamos a continuación, los correspondientes afijos derivacionales tienen la misma condición fonemática, lo cual no es necesario en todos los casos. Los sustantivos chaak pataan, “trabajo”, “servicio”, forman los radicales transitivos derivados chak-u, patan-i; los sustantivos kik’ kuma’j, “sangre”, “sangre coagulada”, forman los sustantivos abstractos kik’eel kuma’jiil. -u e -i son alomorfos condicionados semánticamente del mismo morfema, tal como lo son -eel e -iil. En el caso de términos pareados donde un término ha sufrido reduplicación, el otro término tiene que haber experimentado el mismo tipo de reduplicación; ejemplo, rem-el tik’-il, “desparramar”, “levantarse” (-V1 reduplicación); luk-lut pach-pat, “reverenciar”, “inclinarse” (-C1at con subsiguiente asimilación vocálica), jet-et may-ay, “acercarse”, “ir vacilantemente”(-V1C1).

         A esta altura, podemos resumir las condiciones necesarias para formar construcciones paralelas correctas en k’iche’:

  1. Los términos paralelos deben ser palabras con significado y han de pertenecer a la misma categoría semántica.
  2. Los términos paralelos deben compartir un número de componentes semánticos.
  3. Los términos de un par deben presentarse en el mismo marco sintáctico.
  4. Un miembro de un par no puede intervenir entre el primer y segundo miembro de otro par.
  5. Los términos pareados derivados de términos pareados más básicos deben presentar los mismos afijos derivacionales.

El último punto a señalar aquí, es lo que debe aprender un k’amol beh (además de su conocimiento normal del k’iche’) para poder expresar una retórica ceremonial conformada de acuerdo a las condiciones señaladas anteriormente. Evidentemente el k’amol beh debe memorizar el repertorio de pares lexicales y sus interpretaciones metafóricas, o al menos los contextos en los que son apropiados. Pero, ¿cómo se asegura el k’amol beh que los términos pareados aparezcan siempre en el mismo contexto sintáctico, sin estar separados por ningún otro término de otro par? Una respuesta a esta pregunta es sugerida examinando las opciones estilísticas en el discurso ritual.

     Un k’amol beh debe presentar los pares, ya sea en forma expandida o condensada, con varias fases intermedias entre los estilos más condensados y los estilos más expandidos. Los siguientes ejemplos ilustran varios grados de condensación:

     En el estilo más expandido (representado en 7), la parte oracional que está a la izquierda de awas chee’, se repite a la izquierda de awas k’a’aam. En el estilo más condensado (9), el segundo término del par continua inmediatamente después del primero, sin elementos intervinientes (awas, “prohibido”, es un elemento obligatorio en el repertorio del par; chee’ k’a’aam, por sí mismos no se presentan como un par semántico). En el ejemplo 8, awas chee’ se presenta en una frase preposicional precedida por la preposición pa “en” y el artículo definido ri. Solamente los elementos semánticos pertenecientes a la frase preposicional se repiten a la izquierda de awas k’a’aam.

     Ya que el repertorio de los pares lexicales tiene una interpretación semántica idiomática, sería razonable suponer que como expresiones idiomáticas constituyen lexemas complejos: entradas de diccionario independientes, constituidas por más de una palabra gramatical o fonológica. Supongamos que un k’amol beh aprende a considerar awas chee’ awas k’a’aam como una forma lexical independiente que contiene dos palabras. Desde que awas chee’ y awas k’a’aam son parte de la misma forma lexical, se presentan en oraciones como una unidad. Ahora supongamos que el k’amol beh aprende una estrategia de repetición, tal como en 10:

(10)    repetición hacia la izquierda: al copiar hacia la izquierda de A’, aquellos elementos de la izquierda de A, es preciso detenerse en cualquier componente límite, o si se alcanza el comienzo de la oración o un miembro de otro par lexical.

         Una frase como en (7) se produciría aplicando esta estrategia de repetición a una estructura como en (11)

        

     En (11), CV designa al complejo verbal, un componente superficial constituido por la palabra verbal y otras palabras que dependen del verbo o que comúnmente se presentan en conjunción con verbos; esto será analizado detenidamente más adelante. La frase 7 puede ser producida aplicando las formas expandidas de la estrategia de repetición. Las otras opciones posibles para la repetición hacia la izquierda conducirían a 12-13-14:

Si el k’amol beh usara dicha estrategia de repetición, su discurso quedaría automáticamente conformado por varias de las condiciones necesarias observadas más arriba. Del hecho de que un par semántico sea considerado como un lexema complejo independiente, resultaría que ambos miembros del par aparecerían en el mismo contexto sintáctico. La regla de repetición resultaría en una íntima identidad entre las dos líneas del par en todos sus puntos, con excepción de uno. También, automáticamente, daría origen a pares en los que ninguno de sus miembros podría intervenir entre el primer o segundo miembro de otro par. Por otro lado, la estrategia de repetición explicaría otro hecho del discurso ritual k’iche’: en pares que tienen sustantivos pareados, el material lexical que aparece a la izquierda de A’ debe ser una subserie del material que aparece a la izquierda de A.

         La estrategia de repetición en el ejemplo 10, no explica el hecho de que en caso de verbos pareados, las palabras a la derecha de A deben repetirse a la derecha de A’, como en las líneas 13-14, las que repetimos a continuación para facilitar la referencia:

(15) xinek’aama chu’loq

       xineyaaka chu’loq

         En este ejemplo, chu’loq es una contracción de chi, “ahora” y uloq, “de este modo”, chi es una partícula que se presenta pospuesta en el predicado, uloq es un adverbio direccional que se presenta como modificador del verbo.

         Dichas palabras pertenecen al complejo verbal y también pueden influir en verbos auxiliares, pronombres reflexivos, pronombres formales de segunda persona, partículas deícticas y clíticos de varios tipos. Aparentemente, no es posible repetir solamente un elemento del complejo verbal sin repetir todos los demás elementos. En consecuencia, es necesaria otra regla de repetición para explicar el comportamiento de los verbos.

(16)    Repetición del complejo verbal: si A y A’ son verbos, se deben repetir hacia la derecha de A todos los elementos del complejo verbal que se presentan a la derecha de A’.

         Esta regla explicaría, por ejemplo, la ocurrencia del pronombre reflexivo wiib, “a mí mismo”, a la derecha de ambos verbos en las líneas 19 y 20.

         Estas dos reglas serían suficientes para explicar la mayoría de las condiciones necesarias del discurso ritual.

Conclusiones

         Si consideramos al lenguaje ritual k’iche’ como producto de un vocabulario especial y de dos reglas simples de repetición, esto nos lleva a plantear dos cuestiones interesantes. Primero, hemos estado considerando el discurso ceremonial como una especie de juego lingüístico, lenguaje confuso u otros códigos. Si el discurso ritual es, en realidad, como un juego lingüístico, entonces debería ser posible producir un discurso ritual agregando unas pocas reglas al k’iche’ ordinario. De ese modo, esperaríamos que estas reglas operaran a un nivel bastante superficial. En el caso del lenguaje ritual k’iche’ no hay ninguna evidencia de que sus reglas especiales no operen en un nivel superficial de representación sintáctica.

         Segundo, al comienzo de nuestra discusión sobre el idioma k’iche’, consideramos varios aspectos de la variación tipológica en el uso del paralelismo gramatical en versificación. Si solo se consideran formas superficiales, la variación k’iche’ se encontraría entre la poesía regulada y los sistemas hebreo y azteca. Al igual que en la poesía regulada, el paralelismo k’iche’ debe llenar estrictos requisitos sintácticos, pero utiliza pares semánticos prescritos tradicionalmente, lo mismo que el azteca y el hebreo.

         Por otro lado, si consideramos las reglas de producción, la similitud entre la versificación k’iche’ y la china, se desvanece. El paralelismo sintáctico es una condición fundamental de la poesía regulada, mientras que el lenguaje ritual k’iche’ es básicamente un sistema de pares semánticos como el azteca o el hebreo, con algunas pocas reglas adicionales.

         El principal propósito de este trabajo, ha sido describir el uso del paralelismo gramatical en el lenguaje ritual k’iche’. Hemos tocado puntos que van más allá de intereses meramente descriptivos, como la posibilidad de una tipología de versificación paralelística y los principios sobre los cuales podría estar basada tal tipología.

Referencias

Ajpacajá Tum, Florentino Pedro

2001  Tz’onob’al Tziij: Discurso Ceremonial K’ichee’. Guatemala: Fundación Cholsamaj.

Chen, M.Y.

1979 Metrical Structure: evidence from Chinese poetry. Linguistic Inquiry 10: 371-420.

Gevirtz, S.

1963 Patterns in the early poetry of Israel. Chicago: University of Chicago Press.

Gossen, G. H.

1974 Chamulas in the World of the Sun: Time and Space in a Maya Oral Tradition. Harvard University Press, Cambridge.

Jakobson, Roman

1966 Grammatical Parallelism and its Russian facet. Language 42: 399-429.

Kao Yu-Kung, y Tsu-lin Mei,

1971 Syntax, Diction and Imagery in T’ang Poetry. Harvard Journal of Asiatic Studies 31: 49-136.

Lin, J.J. Y.

1962 The Art of Chinese Poetry. Chicago: University of Chicago Press.

León-Portilla, Miguel

1972 Nezahualcóyotl. Poesía y Pensamiento. Texcoco, México. Gobierno del Estado de México.

Lowth, Robert

1753 De Sacra Poesi Hebraeorum: Praelectiones Academicae Oxonii Habita a Roberto Lowth. Oxonii: e typographeo Clarendoniano.

Norman, William

1983 “Paralelismo gramatical en el lenguaje ritual quiché”, en Nuevas perspectivas sobre el Popol Vuh, editado por Robert M. Carmack y Francisco Morales Santos, pp. 109-121. Guatemala: Piedra Santa. Fotocopia.

Townsend, Paul G.

1979 Couplets in Ixil Maya Poetic Genre. Paper at the International Congress of Americanists. Vancouver.

Tsou, B. K.

1968 Some Aspects of Linguistic Parallelism (in) Chinese Versification in Studies Presented to Professor Roman Jakobson by His Students, ed by Charles E. Gribble. Cambridge: Slavica Publishers.

Yoder, P.B.

1972 Biblical Hebrew, in Versification. Major Language Types. Ed. W. K. Wimsatt. New York:  New York University Press.


[1] Este trabajo es de c. 1979 y fue publicado originalmente en (1983) “Paralelismo gramatical en el lenguaje ritual quiché”, en Nuevas perspectivas sobre el Popol Vuh, editado por Robert M. Carmack y Francisco Morales Santos, pp. 109-121. Guatemala: Piedra Santa. Fotocopia. NdE: se ha actualizado la ortografía k’iche’.

[2] Quiero expresar mi gratitud a los lingüistas k’iche’ del Proyecto Lingüístico Francisco Marroquín, por la recopilación de textos del lenguaje ritual, y al k’amol beh de Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán. Esta investigación fue subvencionada con fondos donados por The National Science Foundation a la State University of New York at Albany, USA.

[3] El discurso completo está presente en (2001) Ajpacajá Tum, Florentino Pedro Tz’onob’al Tziij Discurso Ceremonial K’ichee’. Guatemala: Fundación Cholsamaj.

[4] Las interpretaciones metafóricas fueron suministradas por dos k’amol beh, aunque no siempre coincidían tales interpretaciones. Además, ellos no podían interpretar todos los pares semánticos. Los hablantes adultos del k’iche’ conocen el significado aproximado de los pares más comunes, pero la mayoría de éstos son demasiado esotéricos para que las personas no especializadas puedan glosarlos. En este respecto, los hablantes de k’iche’ difieren de los hablantes de tzotzil entre los cuales parece estar más difundido el conocimiento de las metáforas (Robert M. Laughlin, comunicación personal).

[5] Los sustantivos relacionales y los posicionales son tipos de palabras peculiares de los lenguajes mayas.

[6] Hay una excepción de este hecho. Un verbo intransitivo o uno transitivo toma un sufijo de cláusula final obligatorio cuando no lo sigue ninguna palabra en la misma cláusula. De este modo, si A y A’ son verbos de algunos de estos tipos, y A está al final de cláusula, entonces A tendrá un sufijo de cláusula final a diferencia de A’. Un ejemplo de esto es (x)saqirik en la línea 11 (-ic es el sufijo intransitivo de cláusula final).

[7] Aspecto completivo es “tiempo pasado”.

¡Utz ulib'al alaq!

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